El 2021 ha sido un año récord en muchos sentidos, y los seguros agrarios no se han separado de esta misma tendencia. El valor de producción cubierto por pólizas en España este pasado año ha sido máximo desde que existe el régimen de aseguramiento agrario (1978-actualidad) y se ha posicionado como el segundo con más siniestralidad en campo, creciendo un 22,5% respecto a 2020.
Ha sido un periodo marcado por fenómenos climáticos como la borrasca Filomena, temperaturas excesivamente elevadas en febrero, las posteriores heladas registradas en marzo y abril, o diversas tormentas torrenciales desde finales de primavera hasta comienzos de invierno. Eventos que han supuesto un serio problema para los agricultores y ganaderos.
Sin embargo, este 2022 mantiene este ritmo, y actualmente nos encontramos ante una época marcada por fuertes contrastes de temperaturas y lluvias continuadas que ponen en riesgo los cultivos, especialmente hortalizas de primavera y frutales en floración.
Es por esto que resulta importante destacar la fecha del pasado viernes, 1 de abril, como el comienzo del periodo de contratación de cítricos en la temporada 2022. Se trata de cultivos en los que la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia son líderes a nivel nacional, tanto en términos de producción como de exportación.
En concreto, la Región de Murcia abarca una producción media de 900.000 toneladas, de las cuales el limón domina con un 70% como seña de identidad de los murcianos, seguido por la naranja (13%), la mandarina (13%) y el pomelo (4%). Sin embargo, otras provincias del sureste español también destacan en la producción de cítricos, como Alicante, Almería, Huelva o Málaga.
En vistas de la complicada situación en la que nos encontramos, resulta vital confiar en que el seguro de cosecha ayude a soportar la materialización de los principales y más potenciales riesgos de esta época del año.
Eventos climatológicos como los fuertes periodos de lluvias y contrastes de temperaturas, así como el viento y la disminución de la disponibilidad de agua, e incluso otros como la competencia de terceros países de fuera del espacio económico europeo con menores costes de producción, no dan tregua a la agricultura, y los seguros agrarios pueden ayudar a enfrentar y atenuar sus efectos.